Ezequiel 26:1
Profecía contra Tiro
Aconteció en el undécimo año, en el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
Aconteció en el undécimo año, en el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
Hijo del hombre, por cuanto dijo Tiro sobre Jerusalén: Ea, bien: quebrantada es la que era puerta de las naciones: a mí se volvió: seré llena; ella desierta:
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: He aquí yo contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas gentes, como la mar hace subir sus ondas.
Y demolerán los muros de Tiro, y derribarán sus torres: y raeré de ella su polvo, y la dejaré como una peña lisa.
Tendedero de redes será en medio de la mar, porque yo he hablado, dice el Señor Jehová: y será saqueada de las gentes.
Y sus hijas que están en el campo, serán muertas a cuchillo; y sabrán que yo soy Jehová.
Porque así ha dicho el Señor Jehová: He aquí que del aquilón traigo yo contra Tiro a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos, y carros, y caballeros, y compañías, y mucho pueblo.
Tus hijas que están en el campo matará a cuchillo; y pondrá contra ti ingenios, y fundará contra ti baluarte, y afirmará contra ti escudo.
Y pondrá contra ella arietes, contra tus muros, y tus torres destruirá con sus martillos.
Por la multitud de sus caballos te cubrirá el polvo de ellos: con el estruendo de los caballeros, y de las ruedas, y de los carros, temblarán tus muros, cuando entrare por tus puertas como por portillos de ciudad destruída.
Con las uñas de sus caballos hollará todas tus calles; a tu pueblo matará a cuchillo, y las estatuas de tu fortaleza caerán a tierra.
Y robarán tus riquezas, y saquearán tus mercaderías: y arruinarán tus muros, y tus casas preciosas destruirán; y pondrán tus piedras y tu madera y tu polvo en medio de las aguas.
Y haré cesar el estrépito de tus canciones, y no se oirá más el son de tus vihuelas.
Y te pondré como una peña lisa: tendedero de redes serás; ni nunca más serás edificada: porque yo Jehová he hablado, dice el Señor Jehová.
Así ha dicho el Señor Jehová a Tiro: ¿No se estremecerán las islas al estruendo de tu caída, cuando gritarán los heridos, cuando se hará la matanza en medio de ti?
Entonces todos los príncipes de la mar descenderán de sus sillas, y se quitarán sus mantos, y desnudarán sus bordadas ropas: de espanto se vestirán, sentaránse sobre la tierra, y temblarán a cada momento, y estarán sobre ti atónitos.
Y levantarán sobre ti endechas, y te dirán: ¿Cómo pereciste tú, poblada en los mares, ciudad que fue alabada, que fue fuerte en la mar, ella y sus habitantes, que ponían su espanto a todos sus moradores?
Ahora se estremecerán las islas en el día de tu caída, sí, las islas que están en la mar se espantarán de tu éxito.
Porque así ha dicho el Señor Jehová: Yo te tornaré ciudad asolada, como las ciudades que no se habitan; haré subir sobre ti el abismo, y las muchas aguas te cubrirán.
Y te haré descender con los que descienden al sepulcro, con el pueblo del siglo: y te pondré en lo más bajo de la tierra, como los desiertos antiguos, con los que descienden al sepulcro, para que nunca más seas poblada; y yo daré gloria en la tierra de los vivientes.
Yo te tornaré en espanto, y no serás: y serás buscada, y nunca más serás hallada, dice el Señor Jehová.