Jeremías 20:1
Profecía contra Pasur
El sacerdote Pasur hijo de Imer, que presidía como príncipe en la casa de Jehová, oyó a Jeremías que profetizaba estas palabras.
El sacerdote Pasur hijo de Imer, que presidía como príncipe en la casa de Jehová, oyó a Jeremías que profetizaba estas palabras.
E hirió Pashur a Jeremías profeta, y púsole en el cepo que estaba a la puerta de Benjamín en lo alto, la cual conducía a la casa de Jehová.
Y el día siguiente Pashur sacó a Jeremías del cepo. Díjole entonces Jeremías: Jehová no ha llamado tu nombre Pashur, sino Magormissabib.
Porque así ha dicho Jehová: He aquí yo te pondré en espanto a ti, y a todos los que bien te quieren, y caerán por el cuchillo de sus enemigos, y tus ojos lo verán: y a todo Judá entregaré en mano del rey de Babilonia, y los trasportará a Babilonia, y herirálos a cuchillo.
Entregaré asimismo toda la sustancia de esta ciudad, y todo su trabajo, y todas sus cosas preciosas; y daré todos los tesoros de los reyes de Judá en manos de sus enemigos, y los saquearán, y los tomarán, y llevaránlos a Babilonia.
Y tú, Pashur, y todos los moradores de tu casa iréis cautivos, y entrarás en Babilonia, y allí morirás, y serás allá enterrado, tu, y todos los que bien te quieren, a los cuales has profetizado con mentira.
Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí.
Porque desde que hablo, doy voces, grito, Violencia y destrucción: porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día.
Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre: empero fue en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos, trabajé por sufrirlo, y no pude.
Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, y denunciaremos. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza.
Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.
Oh Jehová de los ejércitos, que sondas los justos, que ves los riñones y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he descubierto mi causa.
Cantad a Jehová, load a Jehová: porque librado ha el alma del pobre de mano de los malignos.
Maldito el día en que nací: el día en que mi madre me parió no sea bendito.
Maldito el hombre que dio nuevas a mi padre, diciendo, Hijo varón te ha nacido, haciéndole alegrarse así mucho.
Y sea el tal hombre como las ciudades que asoló Jehová, y no se arrepintió: y oiga gritos de mañana, y voces al medio día;
Porque no me mató en el vientre, y mi madre me hubiera sido mi sepulcro, y su vientre concebimiento perpetuo.
¿Para qué salí del vientre? ¿para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta?