Job 20:1
Zofar describe las calamidades de los malos
Respondió Zofar naamatita, y dijo:
Respondió Zofar naamatita, y dijo:
Por cierto mis pensamientos me hacen responder, Y por tanto me apresuro.
La reprensión de mi censura he oído, Y háceme responder el espíritu de mi inteligencia.
¿No sabes esto que fue siempre, Desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra,
Que la alegría de los impíos es breve, Y el gozo del hipócrita por un momento?
Si subiere su altivez hasta el cielo, Y su cabeza tocare en las nubes,
Con su estiércol perecerá para siempre: Los que le hubieren visto, dirán: ¿Qué es de él?
Como sueño volará, y no será hallado, Y se disipará como visión nocturna.
El ojo que le habrá visto, nunca más le verá; Ni su lugar le echará más de ver.
Sus hijos pobres andarán rogando; Y sus manos tornarán lo que él robó.
Sus huesos están llenos de su juventud, Mas con él en el polvo yacerán.
Si el mal se endulzó en su boca, Si lo ocultaba debajo de su lengua;
Si le parecía bien, y no lo dejaba, Mas antes lo detenía entre su paladar;
Su comida se mudará en sus entrañas, Hiel de áspides será dentro de él.
Devoró riquezas, pero las vomitará; De su vientre las sacará Dios.
Veneno de áspides chupará; Lo matará lengua de víbora.
No verá los arroyos, los ríos, Los torrentes de miel y de manteca.
Restituirá el trabajo conforme a los bienes que tomó, Y no los tragará ni gozará.
Por cuanto quebrantó y desamparó a los pobres, Robó casas, y no las edificó;
Por tanto, no sentirá él sosiego en su vientre, Ni salvará nada de lo que codiciaba.
No quedó nada que no comiese: Por tanto su bien no será durable.
Cuando fuere lleno su bastimento, tendrá angustia: Las manos todas de los malvados vendrán sobre él.
Cuando se pusiere a llenar su vientre, Dios enviará sobre él el ardor de su ira, Y la hará llover sobre él y sobre su comida.
Huirá de las armas de hierro, Y el arco de acero le atravesará.
Desenvainará y sacará saeta de su aljaba, Y relumbrante pasará por su hiel: Sobre él vendrán terrores.
Todas tinieblas están guardadas para sus secretos: Fuego no soplado lo devorará; Su sucesor será quebrantado en su tienda.
Los cielos descubrirán su iniquidad, Y la tierra se levantará contra él.
Los renuevos de su casa serán trasportados; Serán derramados en el día de su furor.
Esta es la porción que Dios prepara al hombre impío, Y la heredad que Dios le señala por su palabra.