Jueces 2:1
El ángel de Jehová en Boquim
Y el ángel de Jehová subió de Gilgal a Bochîm, y dijo: Yo os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros padres; y dije: No invalidaré jamás mi pacto con vosotros;
Y el ángel de Jehová subió de Gilgal a Bochîm, y dijo: Yo os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros padres; y dije: No invalidaré jamás mi pacto con vosotros;
Con tal que vosotros no hagáis alianza con los moradores de aquesta tierra, cuyos altares habéis de derribar: mas vosotros no habéis atendido a mi voz: ¿por qué habéis hecho esto?
Por tanto yo también dije: No los echaré de delante de vosotros, sino que os serán por azote para vuestros costados, y sus dioses por tropiezo.
Y como el ángel de Jehová habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo lloró en alta voz.
Y llamaron por nombre aquel lugar Bochîm: y sacrificaron allí a Jehová.
Porque ya Josué había despedido al pueblo, y los hijos de Israel se habían ido cada uno a su heredad para poseerla.
Y el pueblo había servido a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que vivieron largos días después de Josué, los cuales habían visto todas las grandes obras de Jehová, que el había hecho por Israel.
Y murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento y diez años.
Y enterráronlo en el término de su heredad en Timnath-sera, en el monte de Efraín, el norte del monte de Gaas.
Y toda aquella generación fue también recogida con sus padres. Y levantóse después de ellos otra generación, que no conocían a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.
Y los hijos de Israel hicieron lo malo en ojos de Jehová, y sirvieron a los Baales:
Y dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y fuéronse tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová.
Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astaroth.
Y el furor de Jehová se encendió contra Israel, el cual los entregó en manos de robadores que los despojaron, y los vendió en manos de sus enemigos de alrededor: y no pudieron parar más delante de sus enemigos.
Por donde quiera que salían, la mano de Jehová era contra ellos para mal, como Jehová había dicho, y como Jehová se lo había jurado; así los afligió en gran manera.
Mas Jehová suscitó jueces que los librasen de mano de los que los despojaban.
Y tampoco oyeron a sus jueces, sino que fornicaron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron: apartáronse bien presto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo a los mandamientos de Jehová; mas ellos no hicieron así.
Y cuando Jehová les suscitaba jueces, Jehová era con el juez, y librábalos de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez: porque Jehová se arrepentía por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.
Mas en muriendo el juez, ellos se tornaban, y se corrompían más que sus padres, siguiendo dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y nada disminuían de sus obras, ni de su duro camino.
Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y dijo: Pues que esta gente traspasa mi pacto que ordené a sus padres, y no obedecen mi voz,
Tampoco yo echaré más de delante de ellos a ninguna de aquestas gentes que dejó Josué cuando murió;
Para que por ellas probara yo a Israel, si guardarían ellos el camino de Jehová andando por él, como sus padres lo guardaron, o no.
Por esto dejó Jehová aquellas gentes, y no las desarraigó luego, ni las entregó en mano de Josué.