Jueces 8:1
Gedeón captura a los reyes de Madián
Y los de Efraín le dijeron: ¿Qué es esto que has hecho con nosotros, no llamándonos cuando ibas a la guerra contra Madián? Y reconviniéronlo fuertemente.
Y los de Efraín le dijeron: ¿Qué es esto que has hecho con nosotros, no llamándonos cuando ibas a la guerra contra Madián? Y reconviniéronlo fuertemente.
A los cuales él respondió: ¿Qué he hecho yo ahora como vosotros? ¿No es el rebusco de Efraín mejor que la vendimia de Abiezer?
Dios ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, príncipes de Madián: ¿y qué pude yo hacer como vosotros? Entonces el enojo de ellos contra él se aplacó, luego que él habló esta palabra.
Y vino Gedeón al Jordán para pasar, él y los trescientos hombres que traía consigo, cansados del alcance.
Y dijo a los de Succoth: Yo os ruego que deis a la gente que me sigue algunos bocados de pan; porque están cansados, y yo persigo a Zeba y a Zalmunna, reyes de Madián.
Y los principales de Succoth respondieron: ¿Está ya la mano de Zeba y Zalmunna en tu mano, para que hayamos nosotros de dar pan a tu ejército?
Y Gedeón dijo: Pues cuando Jehová hubiere entregado en mi mano a Zeba y a Zalmunna, yo trillaré vuestra carne con espinas y abrojos del desierto.
Y de allí subió a Penuel, y hablóles las mismas palabras. Y los de Penuel le respondieron como habían respondido los de Succoth.
Y él habló también a los de Penuel, diciendo: Cuando yo tornare en paz, derribaré esta torre.
Y Zeba y Zalmunna estaban en Carcor, y con ellos su ejército de como quince mil hombres, todos los que habían quedado de todo el campo de los orientales: y los muertos habían sido ciento veinte mil hombres que sacaban espada.
Y subiendo Gedeón hacia los que habitaban en tiendas, a la parte oriental de Noba y de Jogbea, hirió el campo, porque estaba el ejército sin recelo.
Y huyendo Zeba y Zalmunna, él los siguió; y tomados los dos reyes de Madián, Zeba y Zalmunna, espantó a todo el ejército.
Y Gedeón hijo de Joas volvió de la batalla antes que el sol subiese;
Y tomó un mozo de los de Succoth, y preguntándole, él le dio por escrito los principales de Succoth y sus ancianos, setenta y siete varones.
Y entrando a los de Succoth, dijo: He aquí a Zeba y a Zalmunna, sobre los cuales me zaheristeis, diciendo: ¿Está ya la mano de Zeba y de Zalmunna en tu mano, para que demos nosotros pan a tus hombres cansados?
Y tomó a los ancianos de la ciudad, y espinas y abrojos del desierto, y castigó con ellos a los de Succoth.
Asimismo derribó la torre de Penuel, y mató a los de la ciudad.
Luego dijo a Zeba y a Zalmunna: ¿Qué manera de hombres tenían aquellos que matasteis en Tabor? Y ellos respondieron: Como tú, tales eran aquellos ni más ni menos, que parecían hijos de rey.
Y él dijo: Mis hermanos eran, hijos de mi madre: ¡Vive Jehová, que si los hubierais guardado en vida, yo no os mataría!
Y dijo a Jether su primogénito: Levántate, y mátalos. Mas el joven no desenvainó su espada, porque tenía temor; que aun era muchacho.
Entonces dijo Zeba y Zalmunna: Levántate tú, y mátanos; porque como es el varón, tal es su valentía. Y Gedeón se levantó, y mató a Zeba y a Zalmunna; y tomó los adornos de lunetas que sus camellos traían al cuello.
Y los Israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro señor, tú, y tu hijo, y tu nieto; pues que nos has librado de mano de Madián.
Mas Gedeón respondió: No seré señor sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará: Jehová será vuestro Señor.
Y díjoles Gedeón: Deseo haceros una petición, que cada uno me dé los zarcillos de su despojo. Porque traían zarcillos de oro, que eran Ismaelitas.)
Y ellos respondieron: De buena gana los daremos. Y tendiendo una ropa de vestir, echó allí cada uno los zarcillos de su despojo.
Y fue el peso de los zarcillos de oro que él pidio, mil y setecientos siclos de oro; sin las planchas, y joyeles, y vestidos de púrpura, que traían los reyes de Madián, y sin los collares que traían sus camellos al cuello.
Y Gedeón hizo de ellos un ephod, el cual hizo guardar en su ciudad de Ophra: y todo Israel fornicó tras de ese ephod en aquel lugar; y fue por tropiezo a Gedeón y a su casa.
Así fue humillado Madián delante de los hijos de Israel, y nunca más levantaron su cabeza. Y reposó la tierra cuarenta años en los días de Gedeón.
Y Jerobaal hijo de Joas fue, y habitó en su casa.
Y tuvo Gedeón setenta hijos que salieron de su muslo, porque tuvo muchas mujeres.
Y su concubina que estaba en Sichêm, también le parió un hijo; y púsole por nombre Abimelech.
Y murió Gedeón hijo de Joas en buena vejez, y fue sepultado en el sepulcro de su padre Joas, en Ophra de los Abiezeritas.
Y aconteció que como murió Gedeón, los hijos de Israel tornaron, y fornicaron en pos de los Baales, y se pusieron por Dios a Baal-berith.
Y no se acordaron los hijos de Israel de Jehová su Dios, que los había librado de todos sus enemigos alrededor:
Ni hicieron misericordia con la casa de Jerobaal Gedeón conforme a todo el bien que él había hecho a Israel.