Proverbios 12:1
No puedes esconderte detrás del mal
El que ama la corrección ama la sabiduría: Mas el que aborrece la reprensión, es ignorante.
El que ama la corrección ama la sabiduría: Mas el que aborrece la reprensión, es ignorante.
El bueno alcanzará favor de Jehová: Mas él condenará al hombre de malos pensamientos.
El hombre no se afirmará por medio de la impiedad: Mas la raíz de los justos no será movida.
La mujer virtuosa corona es de su marido: Mas la mala, como carcoma en sus huesos.
Los pensamientos de los justos son rectitud; Mas los consejos de los impíos, engaño.
Las palabras de los impíos son para acechar la sangre: Mas la boca de los rectos los librará.
Dios trastornará a los impíos, y no serán más: Mas la casa de los justos permanecerá.
Según su sabiduría es alabado el hombre: Mas el perverso de corazón será en menosprecio.
Mejor es el que es menospreciado y tiene servidores, Que el que se precia, y carece de pan.
El justo atiende a la vida de su bestia: Mas las entrañas de los impíos son crueles.
El que labra su tierra se saciará de pan; Mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento.
Desea el impío la red de los malos: Mas la raíz de los justos dará fruto.
El impío es enredado en la prevaricación de sus labios: Mas el justo saldrá de la tribulación.
El hombre será harto de bien del fruto de su boca: Y la paga de las manos del hombre le será dada.
El camino del necio es derecho en su opinión: Mas el que obedece al consejo es sabio.
El necio luego al punto da a conocer su ira: Mas el que disimula la injuria es cuerdo.
El que habla verdad, declara justicia; Mas el testigo mentiroso, engaño.
Hay quienes hablan como dando estocadas de espada: Mas la lengua de los sabios es medicina.
El labio de verdad permanecerá para siempre: Mas la lengua de mentira por un momento.
Engaño hay en el corazón de los que piensan mal: Mas alegría en el de los que piensan bien.
Ninguna adversidad acontecerá al justo: Mas los impíos serán llenos de mal.
Los labios mentirosos son abominación a Jehová: Mas los obradores de verdad su contentamiento.
El hombre cuerdo encubre la ciencia: Mas el corazón de los necios publica la necedad.
La mano de los diligentes se enseñoreará: Mas la negligencia será tributaria.
El cuidado congojoso en el corazón del hombre, lo abate; Mas la buena palabra lo alegra.
El justo hace ventaja a su prójimo: Mas el camino de los impíos les hace errar.
El indolente no chamuscará su caza: Mas el haber precioso del hombre es la diligencia.
En el camino de la justicia está la vida; Y en sus caminos no hay muerte.