Proverbios 30:1
Las palabras de Agur
Palabras de Agur, hijo de Jaqué; la profecía que dijo el varón a Itiel, a Itiel y a Ucal.
Palabras de Agur, hijo de Jaqué; la profecía que dijo el varón a Itiel, a Itiel y a Ucal.
Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, Ni tengo entendimiento de hombre.
Yo ni aprendí sabiduría, Ni conozco la ciencia del Santo.
¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?
Toda palabra de Dios es limpia: Es escudo a los que en él esperan.
No añadas a sus palabras, porque no te reprenda, Y seas hallado mentiroso.
Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera.
Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario;
No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.
No acuses al siervo ante su señor, Porque no te maldiga, y peques.
Hay generación que maldice a su padre, Y a su madre no bendice.
Hay generación limpia en su opinión, Si bien no se ha limpiado su inmundicia.
Hay generación cuyos ojos son altivos, Y cuyos párpados son alzados.
Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, Para devorar a los pobres de la tierra, y de entre los hombres a los menesterosos.
La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame! ¡dame! Tres cosas hay que nunca se sacian; Aun la cuarta nunca dice: ¡Basta!
El sepulcro, y la matriz estéril, La tierra no harta de aguas, Y el fuego que jamás dice, Basta.
El ojo que escarnece a su padre, Y menosprecia la enseñanza de la madre, Los cuervos lo saquen de la arroyada, Y tráguenlo los hijos del águila.
Tres cosas me son ocultas; Aun tampoco sé la cuarta:
El rastro del águila en el aire; El rastro de la culebra sobre la peña; El rastro de la nave en medio del mar; Y el rastro del hombre en la doncella.
Tal es el rastro de la mujer adúltera: Come, y limpia su boca, Y dice: No he hecho maldad.
Por tres cosas se alborota la tierra, Y la cuarta no puede sufrir:
Por el siervo cuando reinare; Y por el necio cuando se hartare de pan;
Por la aborrecida cuando se casare; Y por la sierva cuando heredare a su señora.
Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, Y las mismas son más sabias que los sabios:
Las hormigas, pueblo no fuerte, Y en el verano preparan su comida;
Los conejos, pueblo nada esforzado, Y ponen su casa en la piedra;
Las langostas, no tienen rey, Y salen todas acuadrilladas;
La araña que atrapas con la mano, Y está en palacios de rey.
Tres cosas hay de hermoso andar, Y la cuarta pasea muy bien:
El león, fuerte entre todos los animales, Que no torna atrás por nadie;
El lebrel ceñido de lomos; asimismo el macho cabrío; Y un rey contra el cual ninguno se levanta.
Si caiste, fue porque te enalteciste; Y si mal pensaste, Pon el dedo sobre la boca.
Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla, Y el que recio se suena las narices sacará sangre; Y el que provoca la ira causará contienda.